Vergonya!

Vergonya! En castellano, vergüenza. Eso es lo que siento en un día como hoy. Me avergüenzo de los Mossos d'Esquadra, no son mi policía ni me representan.

A las órdenes de sus superiores, siendo la principal cabeza visible Felip Puig (CiU), consejero de interior del gobierno catalán, hoy se ha cometido un desalojo violento y antidemocrático en la plaza de Cataluña de Barcelona. Como en las dictaduras más represivas, la policía ha cargado contra los manifestantes y los acampados que allí resistían pacíficamente bajo la excusa de que tenían que limpiar la plaza. Las imágenes son espeluznantes y tienen que dar la vuelta al mundo, la oligarquía catalana está nerviosa ante un pueblo que se rebela ante las injusticias y pide más democracia, y no tienen más remedio que la represión violenta.

Los mismos que han utilizado Cataluña durante varias décadas como su coto privado, los que han manipulado la historia y han tratado de diferenciar a los catalanes en función del apellido y del origen, son hoy los que utilizan a las fuerzas represivas. El nacionalismo heredero de Pujol, xenófobo y excluyente ha quedado en evidencia con el uso de la violencia y sus manipulaciones ya no tienen cabida, ya no pueden culpar a Madrid de todos los males, hoy han atacado a la población civil, incluidos entre ellos ancianos y minusválidos.

Curiosa paradoja, aquellos que recortan la sanidad y la educación, y corrompen las instituciones, son los mismos que impiden el libre ejercicio democrático de manifestarse, y que además utilizan a los antidisturbios para generar disturbios, si más no, es bastante paradójico, como también es paradójico el silencio de los otros partidos y medios de comunicación, que con sus silencios están validando estos actos.

Hace unos días, un amigo me decía que toda revolución pasa por la violencia del pueblo y la alteración del orden público, y la verdad que tiene mucho sentido, aquellos que tienen el poder se aferrarán a él hasta el último minuto y el pueblo no podrá legalmente expulsarlos, ya que ellos han hecho la ley, por tanto no queda más remedio que ir más allá, y no estoy haciendo un llamamiento a la violencia, pero sí a la insubordinación pacífica, que es más dolorosa, y que como ven, les pone nerviosos.

Pido desde aquí la dimisión de Felip Puig y de la cúpula de CiU. Por dignidad.

No tengo nada más que decir, las imágenes de la vergüenza hablan por si solas.

A las 19h ¡Todos a plaza de Cataluña! En solidaridad con aquellos que han sido agredidos y para pedir la dimisión de Felip Puig, no nos podemos quedar quietos.