Si tú me dices ven lo dejo todo. ¡Pero dime ven!

martes, 15 de noviembre de 2011


Tenemos las llaves, pero nos falta abrir la puerta, nos hemos aprendido el decálogo de buenas prácticas pero nos tiembla la voz al recitarlo, tenemos fobia a dar el último paso, tenemos miedo al fracaso, a no sentenciar la jugada, no hay árbitros, pero nosotros mismos nos posicionamos en fuera de juego.

El ser humano es experto en crearse a si mismo barreras, en escalar montañas cuando hay que seguir recto, somos aventureros, quizás algo heroicos, pero detestamos la simplicidad, será la competencia o la grandilocuencia, pero nos asustamos y nos cuesta dar el último paso, nos cuesta exhibir el amor hacia la otra persona, pensamos, que por acto de telepatía, podemos trasmitir sentimientos, y es cierto que hay miradas o confianzas en el lenguaje que nos delatan, pero si no resumimos esos gestos en un sencillo "te quiero" o "te necesito" podemos caer en el sueño de pensar que ya está todo hecho, en vivir de la ilusión de que nuestros sentimientos hacia la otra persona son correspondidos y que tarde o temprano todo acabará sucediendo, como por arte de magia, y no, somos materiales, somos imperfectos, nuestro cuero está tejido de heridas y nos toca dar el paso final.

Estos días he tenido la oportunidad de hacer una lectura muy recomendable, se titula "Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven" (Editorial Plaza y Janés) del novelista catalán Albert Espinosa, quien de forma muy hábil y amena nos explica sus inquietudes acerca del amor, la vida, la muerte y la enfermedad, e incluso nos muestra la amistad que puede existir entre una persona que está a punto de dejar esta vida y otra que acaba de llegar, provocando en el lector un auténtico manual de como ser felices. Y es que, y abandonado esta cita bibliográfica, la felicidad sólo se obtiene mediante el reconocimiento de nuestra debilidad, y es en el momento en el que somos capaces de exhibir nuestra pasión, amor o fidelidad hacia otra persona, cuando realmente nos encontramos con nosotros mismos y nos acabamos de conocer, es ahí donde vemos lo que somos. Aunque como dije antes, tenemos miedo, pensamos que es mejor vivir en la utopía de no decirnos nada y querernos, porque existe en nuestro interior un miedo a mercantilizar el amor, a etiquetarnos como pareja y que entonces no estemos a la altura y eso nos lleve un punto de partida peor del inicial, es decir, a no querernos, y por tanto nos conformamos, digamos y disculpen mis símiles con la economía, que somos negociadores de sentimientos, pero no nos damos cuenta, que sino sabemos gestionar nuestro amor y declararlo debidamente, también estaremos perdiendo el tiempo, pues sólo estaremos gestionando la mitad de un todo, y que por tanto, nos faltará la parte más importante, encajar la otra pieza del puzzle para entender la figura que queremos construir.

No tengan miedo, muchas veces ella lo está deseando, es tímida y quiere que des el paso, quiere esa seguridad de saber que también la quieres, necesita una aval para dar crédito (disculpen, les dije que era economista) renuncien a ese cierto egoísmo y olviden aquello de "sólo te querré  cuando tú me quieras" ya que siempre alguien debe de querer antes, espero que esto se haya entendido, nunca se quiere igual, pero si mejor, y es paradójico pero alguna que otra vez me enamoré de alguien que no lo estaba tanto de mi y luego resultó estar ella más enamorada de mi que yo de ella, joder! Cuánto pronombre personal para explicar algo tan sencillo, que no somos valientes y que mientras pensamos, el tiempo se nos pasa, y será otra persona quien aproveche su oportunidad, aquí los hábiles vencen. 

Dice el refranero que si luchas puedes perder, pero que si no luchas estás perdido, así que al menos inténtenlo, no se lo guarden, prueben el placer del amor, o el trago amargo del desamor, pero beban de esa fuente, si ella le dice que no, es que no merecía la pena y por tanto se ahorrará de pensar en alguien que no le convenía, si le dice que sí, más tiempo que tendrá para disfrutar, el tiempo es limitado, seguro que ella está esperando que le digas que vaya. ¡Díselo de una vez!

2 comentarios:

  1. Sólo te querré cuando tú me quieras... como lo clavas Daniel!

    ResponderEliminar
  2. Me encantan tus comparaciones amor-economía-fútbol son de vicio, jeje!

    ResponderEliminar

 
Meditando © 2012 | Designed by Bubble Shooter, in collaboration with Reseller Hosting , Forum Jual Beli and Business Solutions