La madurez no existe, son los padres

lunes, 7 de noviembre de 2011


Hoy les hablaré de un palabra muy común, de un dogma casi litúrgico del que toda oposición a él nos conlleva a la temeridad y a no ser personas cuerdas. Sí, les hablo de la madurez, un concepto aplicable a las frutas que una vez sembradas han dado sus resultados y que alegremente, no sé porqué, hemos aplicado al ser humano como sinónimo de responsabilidad.

Hoy, un conocido preguntaba, ¿A qué edad se madura? No sabía que decirle, estaba pensando en la pubertad, en la adolescencia, en la primera pareja, en el primer sueldo, en el fallecimiento de un ser querido, hasta incluso miré la definición que daba nuestra biblia lingüística, la RAE, pero nada, era incapaz de responder, sin embargo, de entre todas las respuestas, apareció un lúcido de la dialéctica, un viejo espada de la lengua y compañero de filas llamado Sergio García, quien dejó una frase que me hizo reflexionar, tal cual cito, "la madurez es la edad que tienes más uno", a lo que luego añadía, "es la manera de achacar las equivocaciones que cometemos a nuestra inmadurez." 

Y es que la madurez, como bien indica el compañero no tiene edad ni punto de encuentro, y constantemente nos preguntamos si somos maduros, cometemos un error, pues nunca llegaremos a la madurez, ya que ésta es como el horizonte, que siempre vemos, pero nunca podemos alcanzar ni tocar. ¿Y por qué? Pues básicamente porque el mundo y la realidad son cambiantes, no son factores estáticos, de nada nos sirve ser maduros durante un tiempo y entender el entorno, si luego no nos adaptamos a los nuevos tiempos, volvemos entonces a la inmadurez. La madurez es el día a día, es aprender, es tener una visión de lo que puede pasar y tratar de adaptar nuestra mente y nuestro cuerpo a los retos que se nos presenten, unas veces bajo el paraguas de la improvisación y otras veces con la seguridad de que seguir ese camino nos llevará a entender el futuro. Por tanto la madurez es una actitud de vida, o lo que es lo mismo, la madurez es sencillamente lo que algunos llaman, responsabilidad, un concepto complicado de definir e imposible de abrazar, la madurez en definitiva es como ese amor tardío al que has enviado el mensaje y esperas respuesta, puedes creer que eres maduro, pero sólo el tiempo te dirá si eres maduro, será dentro de unos años cuando mires al pasado y analices si en su día hiciste bien o mal actuando así.

Seguramente en otros tiempos la gente no podía hacer reflexiones a largo plazo y las sociedades eran más conservadoras, de ahí a que la madurez se alcanzara únicamente haciéndose mayor, como por arte de magia, una vez pasada la mayoría de edad uno ya se hacía con los dominios de si mismo y adquiría este título, con el tiempo nos hemos dado cuenta que eso no era así, y que la madurez, como el hombre del saco, no era más que una figura retórica impuesta por nuestros padres, y por ende, de la sociedad.

Cuando me preguntan si soy maduro siempre respondo, ¡Ojalá! A lo que luego sentencio, "cada día que pasa descubro que de mi madurez soy más inmaduro", trato de lograr y dominar todo lo que a mi alrededor acontece y descubro que es muy difícil, por no decir imposible, así que asumiendo la derrota, trato de vivir aprendiendo cada día, con el sueño de poder transformar unos ideales (todo el mundo tiene derecho a soñar) pero con la consciencia de que la madurez se levanta conmigo cada día cuando suena el despertador, y que desde mi humildad y relevancia, trato de escuchar y ver, para luego poder decir lo que pienso.

"¡Puta madurez! Qué necesaria eres."

2 comentarios:

  1. Estoy completamente de acuerdo con el desarrollo de la idea de "madurez" que comentas.

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  2. Gracias Chapolín, me halagan tus palabras.

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