La libertad tiene un precio

martes, 29 de enero de 2013


Es un tema recurrente, sobre la libertad se ha hablado mucho y existen infinidad de citas célebres al respecto, pero hoy les hablaré de la importancia de ser libres, o al menos, de intentarlo.

Ser libre es una meta, un objetivo complicado y muchas veces inalcanzable debido a una gran cantidad de factores, desde económicos a afectivos, pero al menos hay que intentar cruzar esa travesía. Muchos creen que la libertad es decir lo que uno quiera y hacerlo además gritando con fuerza, no les negaré que esa es una parte de la libertad, pero es solo la parte estética de la misma, la visual y la que nos han vendido los medios, esa falsa sensación de libertad material y de transgredir con lo que te imponen, muchos, una vez alcanzado ese estado ya se dan por satisfechos pues creen ser libres, pero la libertad es mucho más que eso, los luteranos suelen decir que la libertad real es la que permite cambiar las cosas, la que provoca una reacción y un cambio, es decir, la libertad es un acto de renuncias diarias y de imposiciones, parece contradictorio, para lograr un fin, lo contrario al concepto de libertad que tenemos por los países del sur del Europa, donde libertad siempre fue sinónimo de revolución y alteración del orden, aunque ésta no fuera sinónimo de éxito, es decir, después de todo el esfuerzo no se logró nada, o lo que es lo mismo, fuimos esclavos de unas convicciones imposibles y utópicas pensando que éramos libres. 

Hay que aceptar que ser libre te cierra puertas y te hace perder amigos (conocidos, mejor dicho) pero es el precio de la libertad y de opinar, si tus convicciones son de profunda libertad y actúas con sinceridad muchos medios de comunicación no te llamarán ya que éstos tienen una línea editorial a seguir, en función de lo que diga el amo, y un código ideológico con el cual no se puede discrepar y por tanto si realmente eres libre y tus palabras pueden alterar el estado de opinión de la gente, es decir, tienes espíritu crítico, olvídate de que te llamen, ya que los medios hoy día no tienen la labor de informar sino de deformar tu mente y manejarte a su antojo para que actúes y votes de una forma precisa, esto lo explica muy bien el polifacético Pedro Ruiz en "La Contra" de La Vanguardia. Si lo que vas a decir en el medio es irrelevante o son cuatro tonterías entonces te llamarán, se echarán unas risas y todos te aplaudirán pues saben que tus palabras se quedarán ahí. Suele decirse mucho eso de "si te mueves, no sales en la foto." Pues eso.

¿Y por qué perdemos amistades cuándo somos libres? Pues es lógico, siempre ha pasado. Es más, incluso antaño era peor ya que quien discrepara de la doctrina de la iglesia, por ejemplo, era un hereje y era condenado y llevado a la horca o que decir de Gandhi o tantos otros luchadores por la libertad a los cuales se les atizaba con violencia. Hoy día la iglesia ya no manda y por suerte, salvo excepciones, no te pegan por pensar diferente. Mandan los medios, manda lo políticamente correcto, mandan unos círculos de poder que nos dicen cómo tenemos que hablar, pensar y actuar, y quien se sale de ese círculo es linchado verbalmente, ridiculizado o tratado de loco. -¿Dónde vas haciendo eso? Que diría alguno. Y la verdad que es complicado enfrentarte a ellos porque sería como enfrentar a una hormiga contra un elefante. Es decir, manda la nueva fe de lo políticamente correcto y el poder de manipulación de los medios es tan grande que a veces nos hacen sentir culpables de situaciones que no hemos provocado nosotros, dándose una paradoja muy curiosa donde yo, por ejemplo, puedo ser visto como un enemigo, por criticar algo injusto como puede ser un recorte en sanidad o educación, y el malo de la película, el político de turno que lo hace, es visto como un amigo a ojos de muchos ciudadanos (abducidos) que justifican el recorte porque es "muy necesario". Pero créanme, merece la pena hacer ese esfuerzo, actuar con sinceridad y libertad, aunque ello te haga perder amistades y te desgaste, es mejor tener cuatro amigos de verdad que no veinte de postín aplaudiéndote por no decir nada, y sobretodo la sensación de ser crítico con lo que pasa a tu alrededor cada día y decirlo sin tapujos es una sensación que te gratifica y te realiza cada noche cuando te vas a la cama, una sensación de haber hecho bien tus deberes como ciudadano, y de que con tus actos estas ayudando a cambiar y transformar la realidad, te hace tener la conciencia muy tranquila, recuerden lo que dije de los luteranos.

La libertad es eso, no la esperes, actúa de forma libre, no dejes que te digan que eres libre, demuestra que realmente lo eres, y aún sabiendo que hoy la situación económica nos condiciona y no nos deja elegir, al menos dentro de lo que dependa de ti, actúa con libertad y sin miedo. Volviendo a Pedro Ruiz, éste dice siempre: "Yo soy libre porque lo decido yo, no porque me lo permita usted". ¡Qué gran verdad!

2 comentarios:

  1. Gran artículo. Leí la Contra y me sorprendió mucho lo que decía Pedro Ruiz.

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    1. Gracias Ramón. La verdad que La Contra es de los pocos espacios salvables de ese diario y de los grandes diarios en general.

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